Por Marcos Villasmil
Se realizaron nuevas elecciones en Venezuela, y el lunes 24 el país amaneció con la mitad de su población bajo gobiernos regionales o locales opositores al tirano. El núcleo fundamental en lo económico, político y cultural del país está en manos opositoras. Chávez perdió donde más le importaba ganar.
Sin entrar demasiado en los números del CNE, los rectores se dignaron reconocer las victorias opositoras en los estados con peso electoral y poblacional abrumadoramente mayor, como Zulia, Miranda, Carabobo y Táchira (además de Nueva Esparta), y
Vistos los resultados en su globalidad, es deseable que las oposiciones (como acertadamente las catalogara Agustín Blanco Muñoz), con sus luces y sus sombras, hagan su mea culpa y aprendan de los errores cometidos. Por algunas visiones enanas, se perdieron gobernaciones que podrían haberse ganado, como es el caso de Bolívar.
Como líder opositor procedente de las nuevas promociones destaca en el panorama Pablo Pérez, nuevo gobernador del Zulia, que se une a figuras conocidas como César Pérez Vivas, ídem en el Táchira, Antonio Ledezma, electo Alcalde Mayor de Caracas, Henrique Capriles Radonski, nuevo gobernador de Miranda, Gerardo Blyde, más votado para alcalde de Baruta, o Manuel Rosales, de vuelta en
Otro dato a destacar: esta elección es una prueba de que el antichavismo debe eliminar de su seno a tanto partido y movimiento fantasmas; en el caso del estado Miranda, para
De cara al futuro inmediato, es bueno recordar que no se le puede exigir a la gente que haga lo que su liderazgo no esté dispuesto a hacer. Una pregunta obvia a las jefaturas opositoras: Raúl Castro anuncia visita pronto ¿no se van a realizar acciones de calle protestando por la visita de ese tirano? Y si Chávez intenta cumplir su amenaza de poner presos a Rosales y a Salas Feo ¿qué más se va a hacer además de ir a botar tensiones en Aló Ciudadano y Buenas Noches?
Una cosa que debería hacerse es un acto público de desagravio y de solidaridad con todos los candidatos cuyos derechos fueron violados al ser ilegalmente inhabilitados por el Contralor: Leopoldo López, Enrique Mendoza, William Méndez, por ejemplo. Así mismo, mostrar el peso de la calle en apoyo de los ganadores que fueran amenazados durante la campaña por Chávez: Rosales, Pablo Pérez, Salas Feo, etc. Que se sienta y se sepa que el apoyo de la sociedad democrática no es sólo con votos.
Un hecho fundamental que necesitan comprender los opositores es que su acción política debe ser esencialmente dual, dadas las características del régimen que enfrentamos: la acción electoral, como el acto que acabamos de cumplir, y la de defensa de una democracia cada día más reducida, que implica una lucha permanente en contra de la violación de los derechos humanos, del hundimiento de las instituciones democráticas y republicanas, o de la creciente identificación de presidente-partido-ejército-gobierno. Ambas acciones son interdependientes y simultáneas. Por desgracia, hay todavía opositores que creen fundamentalmente en practicar la acción electoral. Frente al ventajismo, la prepotencia, la compra de conciencias, la violencia de todo tipo practicada por Chávez y sus secuaces, el cinismo del Poder In-Moral, o el silencio cómplice de la jerarquía militar, no se puede aceptar al dirigente opositor que sólo se dedica a cuidar parcelas de poder. Y de esos hay algunos, que a lo mejor creen que votando eternamente vamos a forzar a Chávez a convertirse en un demócrata.
Los opositores ganadores y perdedores deben asumir que la lucha por la defensa de los derechos ciudadanos conlleva su firme decisión de salir de una vez y para siempre de las casas de los partidos y, con sentido de sacrificio, convivir con las tragedias populares, organizando líneas de acción y de trabajo social, defendiendo a los damnificados, a los presos políticos, a los pensionados, a los niños de la calle. La lucha opositora debe desnudar, por ejemplo en contrario, la corrupción chavista, su desgano en la lucha contra la violencia criminal, o las penurias económicas que se viven y sufren día a día. Debe asimismo denunciar las irregularidades cometidas por los ex-gobernadores y ex-alcaldes chavistas, que seguramente se encontrarán muchas.
Mientras, no nos caigamos a coba: Chávez no cejará en su empeño de perpetuarse en el poder. El Obseso Mayor no tiene otra cosa en la mira. Poco le importa que las encuestas sigan indicando el rechazo mayoritario a este capricho mortal.
Las oposiciones tienen aquí otro objetivo de lucha claro. ¿Serán capaces de ganar, en este combate que se repite, más y mayores cuotas de apoyo popular?
En algún momento de la vida de un político, los ideales democráticos deben aparecer no sólo en sus palabras, sino sobre todo en sus hechos. Los gobernadores y alcaldes de las oposiciones deben unirse en una sola oposición. Deben poner a un lado la mentalidad exclusivamente electoral, y elaborar un plan nacional de rescate de la democracia. Con su trabajo en las comunidades individuales, pero también mostrando su voluntad unitaria para enfrentar con decisión y firmeza la tenaza totalitaria.
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