POR Sergio Peña Herrera
Este año corresponde que se realicen en diciembre las elecciones de senadores, diputados y Presidente de
No es tan fácil lograr que fulano, zutano o mengano marquen una raya con lápiz grafito en un papel, junto al nombre de tal o cual candidato, a quien tal vez nunca vean en persona, pero si lleguen a interesarse desde lejos por sus proyectos y creer en sus propuestas, lo que viene al caso recordar el chiste cruel de “prometer más que político en campaña”. Y es que tal o cual candidato, recibiendo la cantidad de votos suficiente, podrá manejar parcialmente a su gusto el poder. Al respecto, cabe señalar que “el poder debe ser analizado como algo que circula, o más bien como algo que sólo funciona en forma de cadena. Nunca está localizado aquí o allí, nunca está en las manos de alguien, nunca es posible apropiárselo como una mercancía o como una pieza de riqueza. El poder es empleado y ejercido por medio de una organización similar a una red. Y los individuos no sólo circulan entre sus tramas; siempre están simultáneamente en posición de sufrir y ejercer este poder”.
Tales son las algunas de las referencias sobre el poder entregadas por Michel Foucault, mencionado en el libro “Sociedad Civil y Teoría Política”, de Jean Cohen y Andrew Arato. Agrega Foucault que el poder viene de todas partes y no es ejercido por medio de la prohibición y la negación. Más bien funciona mediante una multiplicidad de técnicas de control, filtración, vigilancia e interrogación productivas (de nuevos discursos, conocimiento y verdades, de nuevas clases de individuos o sujetos, de conductas requeridas y resultados funcionales). Las relaciones de poder son a la vez intencionales y no subjetivas, basadas en el cálculo y una lógica claramente descifrable y objetivos que, a pesar de todo, son anónimos. No hay relaciones de poder sin que se formen resistencias, allí donde se ejercen las relaciones de poder.Para que se entienda mejor este último punto referido a las relaciones, es como decir que el senador, el diputado o el candidato presidencial X, Y ó Z “genera anticuerpos”, lo que de hecho anima al show político en general, y al carrusel electoral en particular.
Pero de una vez conviene tener clara una pequeña noción de poder político. Según
Pero no significaría mucho este acercamiento al poder en la política, para las candidatas y candidatos al Congreso y a
1 – Precaución con las negociaciones personales.
2 - No se debe confiar en corazonadas.
3 – Basar las opciones trágicas sobre consideraciones a largo plazo.
4 – Trabaje muy de cerca con su equipo.
5 – Sea creativo, pero con cierto grado de escepticismo.
6 – Persiga el resultado real y no las formulaciones legales.
7 – Considere en forma explícita los costos y beneficios de la ambigüedad.
8 – Considere el acuerdo solamente como el eslabón de una cadena.
9 – Estudie con cuidado a los partícipes y actúe en consecuencia.
10 – Planee la “espontaneidad”.
11 – Tenga predisposición favorable para intercambiar símbolos a fin de alcanzar logros concretos.
12 – Seleccione racionalmente las estrategias de negociación.
13 – Prepare el contexto de la negociación.
14 – Reconozca y enfrente las incertidumbres.
15 – Este preparado para fracasar.
16 – Recuerde la ingeniería humana.
17 – Base los acuerdos en intereses reales complementarios.
18 – Cultive el apoyo doméstico.
19 – Invierta en el propio equipo.
20 – No menosprecie las metodologías formales.
21 – Acepte la responsabilidad histórica.
Téngase presente que el detalle de estas 21 recomendaciones de Yehezkel Dror está en su libro “Enfrentando el Futuro”
No hay comentarios:
Publicar un comentario