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Elecciones que vienen, candidaturas que van

POR Sergio Peña Herrera

 

Este año corresponde que se realicen en diciembre las elecciones de senadores, diputados y Presidente de la República para el período 2010 – 2014. En estos meses, veremos como varios hombres y mujeres de nuestro país se coordinan con algún partido político y/o movimiento ciudadano para interesar a la mayor cantidad posible de chilenos que puedan votar, a fin de obtener alguna candidatura y ser elegidos para algún puesto en el senado, en la cámara de diputados y en el Palacio de la Moneda, sede del poder ejecutivo chileno. Obtener fama y fortuna es probablemente una de las razones que los impulsen para llevar adelante semejante carrera política, pero más específicamente, quien logre ser elegido para alguno de esos puestos regulados por la llamada “voluntad popular de las urnas”, lo que tiene en mente es obtener el control, para bien o para mal, de alguna cuota de poder.

No es tan fácil lograr que fulano, zutano o mengano marquen una raya con lápiz grafito en un papel, junto al nombre de tal o cual candidato, a quien tal vez nunca vean en persona, pero si lleguen a interesarse desde lejos por sus proyectos y creer en sus propuestas, lo que viene al caso recordar el chiste cruel de “prometer más que político en campaña”. Y es que tal o cual candidato, recibiendo la cantidad de votos suficiente, podrá manejar parcialmente a su gusto el poder. Al respecto, cabe señalar que “el poder debe ser analizado como algo que circula, o más bien como algo que sólo funciona en forma de cadena. Nunca está localizado aquí o allí, nunca está en las manos de alguien, nunca es posible apropiárselo como una mercancía o como una pieza de riqueza. El poder es empleado y ejercido por medio de una organización similar a una red. Y los individuos no sólo circulan entre sus tramas; siempre están simultáneamente en posición de sufrir y ejercer este poder”.

Tales son las algunas de las referencias sobre el poder entregadas por Michel Foucault, mencionado en el libro “Sociedad Civil y Teoría Política”, de Jean Cohen y Andrew Arato. Agrega Foucault que el poder viene de todas partes y no es ejercido por medio de la prohibición y la negación. Más bien funciona mediante una multiplicidad de técnicas de control, filtración, vigilancia e interrogación productivas (de nuevos discursos, conocimiento y verdades, de nuevas clases de individuos o sujetos, de conductas requeridas y resultados funcionales). Las relaciones de poder son a la vez intencionales y no subjetivas, basadas en el cálculo y una lógica claramente descifrable y objetivos que, a pesar de todo, son anónimos. No hay relaciones de poder sin que se formen resistencias, allí donde se ejercen las relaciones de poder.Para que se entienda mejor este último punto referido a las relaciones, es como decir que el senador, el diputado o el candidato presidencial X, Y ó Z “genera anticuerpos”, lo que de hecho anima al show político en general, y al carrusel electoral en particular.

Pero de una vez conviene tener clara una pequeña noción de poder político. Según la Enciclopedia y Biblioteca Virtual de las Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas: “Desde un punto de vista filosófico político, se concibe al poder como la capacidad que tiene un individuo o un grupo de modificar la conducta de otros individuos o grupos. En Ciencia Política, aunque ya no se acepta que sea el concepto central único, hay acuerdo en que tiene fundamental importancia. Burdeau lo define como "una energía social, emanación de una representación mental, colectiva y dominante, del orden social deseable", en nombre de la cual se presta acatamiento al mando político. Siempre se manifiesta en la relación humana y en su génesis está la obediencia: se tiene poder en la medida en que se es obedecido. Hay muchas clasificaciones del poder. Damos aquí brevemente las más usuales en el análisis político: poder actual (relación entre comportamientos efectivos); poder potencial (relación entre aptitudes para actuar); poder estabilizado (muy alta probabilidad de ser obedecido); poder anónimo (propio de comunidades primitivas, reside más en la costumbre, el tabú, la tradición, que en las personas); poder personalizado (que reside en la voluntad personal del jefe); poder institucionaliza do (estabilizado y articulado en roles coordinados; culmina cuando el Estado se convierte en titular único y abstracto del poder); poder abierto (sensible a las variaciones de la conciencia colectiva sobre el orden social deseable); poder cerrado (al servicio de una representación del orden social deseable que se considera permanente); poder de jure (reconocido por la normativa jurídica vigente); de facto (existente pero carente de respaldo legal)”.

Pero no significaría mucho este acercamiento al poder en la política, para las candidatas y candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República en Chile, sino fuera porque gracias al poder pueden tomar decisiones y manejar recursos, ya sea propios o ajenos, ya sea monetarios o de influencias. Al respecto, conviene destacar una serie de recomendaciones que el catedrático de ciencias políticas Yehezkel Dror, profesor de ciencias políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalem, dirige a los negociadores políticos, porque esta claro que no es tan simple decidir en cuestiones de gobierno. Dichas recomendaciones son:

 

1 – Precaución con las negociaciones personales.

2 - No se debe confiar en corazonadas.

3 – Basar las opciones trágicas sobre consideraciones a largo plazo.

4 – Trabaje muy de cerca con su equipo.

5 – Sea creativo, pero con cierto grado de escepticismo.

6 – Persiga el resultado real y no las formulaciones legales.

7 – Considere en forma explícita los costos y beneficios de la ambigüedad.

8 – Considere el acuerdo solamente como el eslabón de una cadena.

9 – Estudie con cuidado a los partícipes y actúe en consecuencia.

10 – Planee la “espontaneidad”.

11 – Tenga predisposición favorable para intercambiar símbolos a fin de alcanzar logros concretos.

12 – Seleccione racionalmente las estrategias de negociación.

13 – Prepare el contexto de la negociación.

14 – Reconozca y enfrente las incertidumbres.

15 – Este preparado para fracasar.

16 – Recuerde la ingeniería humana.

17 – Base los acuerdos en intereses reales complementarios.

18 – Cultive el apoyo doméstico.

19 – Invierta en el propio equipo.

20 – No menosprecie las metodologías formales.

21 – Acepte la responsabilidad histórica.

 

Téngase presente que el detalle de estas 21 recomendaciones de Yehezkel Dror está en su libro “Enfrentando el Futuro”

 

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