Por Profesor Javier Esteban Giangreco
Coordinador de
Militante JDC Argentina
El día de los Santos Inocentes leí una nota en el diario que me dejó conmocionado. Escrita por Enrique Valiente Noailles, y titulada “Una tragedia evitable”, el artículo decía lo siguiente:
“Todavía era de madrugada cuando un cartonero se detuvo en la calle Salta, entre San Juan y Cochabamba, y comenzó a revolver la basura que había en un contenedor. Dentro de una bolsa plástica, descubrió el cadáver de un niño de entre 3 y 4 años. "Si bien no tenemos los resultados de la autopsia para confirmar la causa de la muerte, el cuerpo estaba muy flaquito. Todo indica que presentaba fuertes signos de desnutrición", informó un jefe de
Unos días antes, en una editorial del mismo diario, había leído que “"Ocho niños menores de cinco años mueren por día en el país, por desnutrición". El dato fue aportado por Juan Carr, líder de
Según un informe de
El problema principal de estos pibes se basa en la exclusión. Y ya no son solamente excluidos, sino que podemos decir que son sobrantes, que están de más, que son desechables; hay una brecha insalvable entre ellos y el resto. Porque viven en situación de pobreza o indigencia, no tienen acceso a la educación, a la salud, a una vivienda digna… Y, mientras tanto, algunos sólo piensan en bajar la edad de imputabilidad para vivir más seguros…
Sabemos que lo que no se adquiere en el momento adecuado luego cuesta mucho más o directamente no se consigue. Hay condiciones previas insoslayables. Estamos hablando de equidad social como garantía de la igualdad de oportunidades. Los estragos que provoca la desnutrición que se padece en la primera infancia son irreparables, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el cerebro. Éste es el órgano que más rápidamente crece, pesa
Arbolito canta: “es preciso comer con la panza dolida de los chicos que comen cuando pueden, si del hombre querés hablar, si querés que te crea”. Por eso es difícil creerles a los demagogos de la pobreza.
Según datos del Ministerio de Salud Nacional, en 2007 de hubo 9.300 muertes de menores de 1 año, llegando a 11.112 antes de los 4 años, la mayoría de ellas por causas evitables. Siendo cifras oficiales, tenemos la certeza de que no son menos, pero probablemente sean más. ¿Cómo podemos dormir tranquilos sabiendo esto?.
El gran Armando Tejada Gómez decía: “no dormir esta noche si hay un niño en la calle”. En tiempos donde el insomnio parece ser una enfermedad psiquiátrica de elite, debería quitarnos el sueño, desvelarnos, el encontrarle una solución definitiva a este flagelo. Mientras, lamento que sigamos siendo UN PAÍS DORMIDO.
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