ENVIADO POR EL DR ANTONIO LLACA
El Senado de Estados Unidos aprobó el levantamiento de las prohibiciones irracionales hacia los ciudadanos cubanos y cubano-americanos residentes en su país, fundamentalmente relativas a los viajes y el envío de remesas, que lesionaban en realidad a los isleños del lado sur del Estrecho de la Florida, condenados por el gobierno de Cuba desde hace 50 años a la separación de las familias, cada días más empobrecidos y necesitados debido a las crisis económica, social y política causada. Ya la Cámara de Representantes había adoptado decisión similar y deberá realizarse la compatibilización de ambos textos para la firma del Presidente dentro de la Ley del Presupuesto.El Sr Obama tenía prerrogativa para modificar muchas de las cuestiones aprobadas ahora por ambas Cámaras del Congreso norteamericano respecto a Cuba, como había prometido durante su campaña electoral, por lo que podría aplicarlas pronto. No obstante, el respaldo recibido en esas instancias legislativas le permite propiciar pasos ulteriores. Resulta halagüeño que por fin se comprenda que la política seguida hasta ahora sólo ha servido los propósitos de Fidel Castro de tener un enemigo externo para justificar la represión al pueblo cubano y las acciones intervencionistas en otros países, particularmente los de América Latina.No pueden obviarse los intereses de los agricultores norteamericanos, sobre todo cuando La Habana importa más del 84,0% de los alimentos, y de los empresarios conocedores de que podrán recuperar el comercio que existió antes de 1959, teniendo en cuenta que actualmente a pesar del embargo, las compras cubanas han llevado a Estados Unidos a convertirse en el quinto socio comercial, con posibilidades de elevarse más. Asimismo, fuera de la costa norte de Cuba parecen existir grandes cantidades de petróleo, y la economía e industria requerirán grandes inversiones.Es un momento único en ambos países y en el contexto internacional. La comunidad cubana fundamentalmente en Florida, New Jersey y Nueva York ha evolucionado con mayor objetividad y realismo en la interpretación de una Cuba muy complicada y diferente al cabo de tantos años, al influjo de las nuevas generaciones nacidas allá y de las sucesivas oleadas de exiliados. De otra parte, como se sabe, en la Isla está en curso una conmoción política, económica y social, por el obligado repliegue de Fidel Castro, la crisis general que agobia al pueblo defraudado por las promesas incumplidas de Raúl Castro, y las demociones y promociones realizadas por el General el 2 de marzo, que podrían facilitar la ejecución de los cambios estructurales y de concepto anunciados por él, aunque únicamente aspire a hacerlos en lo económico, así como la incidencia de los agudos problemas económicos internacionales que imponen reducir la dependencia de Venezuela y abrirse una nueva perspectiva en el concierto mundial. El gobierno cubano no tiene pretextos para mantener la agresividad a ultranza. No sería justo en primer lugar con el pueblo continuar la confrontación, la represión y el inmovilismo para mantener un poder absoluto, que ha destruido su apoyo al mismo tiempo que fue desmoronando el país. La sensatez debería sobreponerse en todos los ámbitos, incluida la normalización paulatina de las relaciones con Estados Unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario