EL SOCIALISMO O COMUNISMO Y LA IGLESIA CATOLICA

Por: Dr. Álvaro Albornoz

Abogado Summa Cum Laude (UCAB)

Especialista en Derecho Administrativo

Magister Scientiarum en Derecho Administrativo

Maestría en Ciencia Política

Doctor en Derecho Constitucional

Profesor Universitario

 

 

En Venezuela el régimen que gobierna actualmente se ha proclamado SOCIALISTA (COMUNISTA) y ha señalado abiertamente que el SOCIALISMO o COMUNISMO es el único camino posible para lograr la felicidad del pueblo. Pues bien, ante tales afirmaciones, debemos estar claros ante el significado e implicaciones del SOCIALISMO o COMUNISMO.

El SOCIALISMO o COMUNISMO es una doctrina o ideología política, inspirada en las ideas de Carlos Marx, que propugna la colectivización de los medios de producción y la planificación centralizada, sacrificando las libertades individuales, eliminando la propiedad privada, apoyándose en un Estado autoritario y destruyendo la religión del pueblo.

La Carta Encíclica Divini Redemptoris escrita por el Papa Pío XI, es uno de los documentos más claros que se ha elaborado sobre el COMUNISMO y sus consecuencias. En esta Encíclica Papal se expresa que el SOCIALISMO o COMUNISMO “es por su misma naturaleza totalmente antirreligioso y considera la religión como el opio del pueblo, ya que los principios religiosos, que hablan de la vida ultraterrena, desvían al proletariado del esfuerzo por realizar aquel paraíso comunista que debe alcanzarse en la tierra”.

En este sentido, el SOCIALISMO o COMUNISMO es una doctrina CONTRARIA a la Religión Católica y enemiga acérrima de ella; por eso se ha esforzado con toda clase de medios por destruir la religión cristiana y por eso, en los gobiernos comunistas del mundo, Obispos y sacerdotes han sido desterrados, humillados, vejados, condenados a trabajos forzados, fusilados y asesinados de modo inhumano.

No es un hecho fortuito los ataques que frecuentemente hace el Teniente Coronel Hugo Chávez contra la alta jerarquía de nuestra Iglesia Católica, con lo cual pretende acabar con los valores de respeto y lealtad a nuestros líderes espirituales y de esta forma mover los cimientos de nuestra religión para destruirla e implantar con éxito su SOCIALISMO o COMUNISMO.

La Encíclica Divini Redemptoris del Papa Pío XI es tan contundente y tan clara cuando indica que “el comunismo, además, despoja al hombre de su libertad, principio normativo de su conducta moral, y suprime en la persona humana toda dignidad y todo freno moral eficaz contra el asalto de los estímulos ciegos. Al ser la persona humana, en el comunismo, una simple ruedecilla del engranaje total, niegan al individuo, para atribuirlos a la colectividad, todos los derechos naturales propios de la personalidad humana”. Es eso lo que pretende el régimen chavista en Venezuela: despojarnos de nuestra libertad y suprimir nuestra dignidad como seres humanos.

Por eso, el Papa Pío XI califica al SOCIALISMO o COMUNISMO como un “satánico azote”, porque es la ideología del demonio, la ideología del mal y enemiga de nuestra fe. En este sentido, la condición de católico es incompatible con la condición de comunista. NO se puede ser CATOLICO y COMUNISTA a la vez. Los CATOLICOS somos ANTICOMUNISTAS y los COMUNISTAS son ANTICATOLICOS y antirreligiosos en general.

Los venezolanos debemos unirnos en torno a la jerarquía de nuestra Iglesia Católica y divulgar con vehemencia esta Encíclica Papal y hacerle ver al pueblo confundido el grave error en que se encuentra y la incompatibilidad existente entre la ideología SOCIALISTA o COMUNISTA que profesa el chavismo y la religión católica.

La sabia Encíclica Papal se pregunta y responde con acierto lo siguiente: “Pero ¿a qué se debe que un sistema semejante, científicamente superado desde hace mucho tiempo y refutado por la realidad práctica, se difunda tan rápidamente por todas las partes del mundo? La explicación reside en el hecho de que son muy pocos los que han podido penetrar la verdadera naturaleza y los fines reales del comunismo; y son mayoría, en cambio, los que ceden fácilmente a una tentación hábilmente presentada bajo el velo de promesas deslumbradoras. Con el pretexto de querer solamente mejorar la situación de las clases trabajadoras, suprimir los abusos reales producidos por la economía liberal y obtener una más justa distribución de los bienes terrenos (fines, sin duda, totalmente legítimos), y aprovechando principalmente la actual crisis económica mundial, se consigue atraer a la zona de influencia del comunismo aun a aquellos grupos sociales que por principio rechazan todo materialismo y todo terrorismo. Y como todo error contiene siempre una parte de verdad, esta parte de verdad que hemos indicado, expuesta arteramente en condiciones de tiempo y lugar, aptas para disimular, cuando conviene la crudeza repugnante e inhumana de los principios y métodos del comunismo bolchevique, seduce incluso a espíritus no vulgares, que llegan a convertirse en apóstoles de jóvenes inteligentes poco preparados todavía para advertir los errores intrínsecos del comunismo. Los pregoneros del comunismo saben aprovecharse también de los antagonismos de raza, de las divisiones y oposiciones de los diversos sistemas políticos y hasta de la desorientación en el campo de la ciencia sin Dios para infiltrarse en las universidades y corroborar con argumentos seudocientíficos los principios de su doctrina”.

Es sorprendente observar como algunos dirigentes de oposición han declarado erróneamente que este gobierno no es SOCIALISTA o que las políticas que aplica no son SOCIALISTAS, dando a entender que el SOCIALISMO es bueno. Con estas declaraciones se envía un mensaje equivocado a la población, basado en el desconocimiento de las ideologías políticas. Mientras la oposición y los venezolanos no tengamos claro el significado e implicaciones del SOCIALISMO o COMUNISMO no podremos enfrentar con éxito al régimen de Hugo Chávez. Podemos empezar la tarea leyendo la Carta Encíclica Divini Redemptoris.