Con el anuncio de iniciar mi huelga de hambre y sed por estar registrado como terrorista por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos (USCIS por sus siglas en Inglés), y con la solución definitiva de mi caso, quedó fortalecido el opositor Partido 30 de Noviembre, pues haber sido uno de sus miembros fue precisamente la causa por la que USCIS determinó la ineligibilidad de mi aplicación para la residencia permanente en los EE.UU.
Con mi fuerte reclamo, el anuncio de comenzar mi ayuno el día 3 de abril, y mis explicaciones por teléfonos, cartas, correos electrónicos y faxes, yo pude demostrar y convencer a los más altos funcionarios del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de los EE.UU que yo, así como cada uno de los movimientos, grupos y partidos en los que participé en Cuba, no somos terroristas y ni siquiera vilentos. Prueba de ello, expliqué, es que no existe una sola acusación de terrorismo, ni de violencia en el caso de Los 75, inocentemente encarcelados por el dictador que por más tiempo ha estado en el poder en la faz de la tierra. El Gobierno cubano los acusa desfachatadamente de delincuentes, mercenarios y no sé de cuantas barbaries más, pero no de terroristas porque no ha podido. Hoy, los EE.UU, que con su mano blanda deja impune la más cruel violación de los Derechos Humanos en Cuba, acusa a miembros del 30 de Noviembre y a este Partido, incansable luchador por la libertad y los derechos de los cubanos, de terroristas. El Partido 30 de Noviembre no es eso, y ni siquiera violento, y por tanto no debe ser considerado como tal. Mejor deben dedicar sus esfuerzos a acusar la crueldad con que el Gobierno asesino y totalitario de los perversos Castro trata a quienes disienten de él pacíficamente, privándolos no solo de libertad, sino de hasta el derecho a la vida. Hasta las superpacíficas Damas de Blanco son arrastradas, atropelladas y golpeadeas por turbas comunistas dirigidas por la despiadada Seguridad del Estado cubano, tan solo por pedir libertad para sus hijos, esposos o hermanos, que están presos sin cometer delito alguno. Eso sí que es terrorismo, y terrorismo impune.
A todos los que están ahora como estuve yo por pertenecer al Partido 30 de Noviembre, deben luchar incansablemente por el derecho que tienen a que se diga la verdad sobre ustedes. No se venzan, luchen, digan una y otra vez que no son terroristas, y que el 30 de Noviembre no es más que otro de los movimientos cívicos cubanos que desean la paz y la libertad para Cuba.
La fuerza de la verdad vencerá.
Jorge Luis Sánchez Pérez
MCL
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