Por José Dávila
1) Nicaragua de nuevo en la encrucijada
Otra vez Nicaragua se encuentra en una encrucijada histórica, una nueva dinastía se ha iniciado en Nicaragua basada en un régimen político ilegal e ilegítimo que restringe las libertades públicas e intimida a los ciudadanos, como quedó demostrado en la pasada campaña electoral en que toda protesta cívica por tanta arbitrariedad del régimen, fue aplastada por grupos de choque orteguistas con la complicidad de fuerzas policiales que han perdido su profesionalismo.
La macroeconomía se estabiliza por los dictados del Fondo Monetario Internacional, pero fuera de la familia gobernante y sus allegados en ALBA-Negocios, que se han enriquecido al amparo de la extra presupuestaria ayuda venezolana, el desarrollo humano no es integral pues el progreso no es inclusivo, no llega a todos, y los nicaragüenses muy pobres o en extrema pobreza sólo están recibiendo dádivas populistas y programas asistencialistas en vez de apoyo a la nutrición, la educación, la vivienda y el desarrollo para poder tomar control de su destino en el futuro.
Crece la corrupción y el enriquecimiento ilícito basado en el nepotismo y el manejo partidario de ayudas extranjeras que nos han llevado a una dependencia ideológica internacional contraria a la idiosincrasia de los nicaragüenses. Esto nos está llevando a perder o alejar países amigos de Nicaragua en la comunidad internacional, lo que oscurece nuestro panorama de futuro.
Ante esta situación, los socialcristianos relanzamos nuestro mensaje de democracia, pluralismo, economía social de mercado y desarrollo humano integral, y nos declaramos en lucha renovada para cambiar esta situación, y devolver Nicaragua a todos los nicaragüenses.
2) Lo que somos y hemos sido los socialcristianos
Los socialcristianos siempre hemos actuado apegados a los valores y principios del humanismo cristiano, que encarna las profundas aspiraciones ciudadanas de libertad, justicia, democracia, solidaridad y desarrollo sin exclusiones, quien ha dejado de actuar así ha dejado de ser socialcristiano.
Siempre hemos sido anti dictatoriales, tuvimos una participación muy activa en la lucha contra la dictadura somocista, y luego contra la traición del FSLN a la revolución democrática y en libertad, que todos esperábamos.
Fuimos críticos al régimen de Ortega de los años 80, etapa de conflictos, represión y dictadura, estuvimos en contra la reelección de Ortega en las elecciones de noviembre del 2011, al igual que contra el pacto Alemán-Ortega, posiciones que nos llevaron a apoyar la candidatura presidencial de Fabio Gadea y la Alianza PLI que representaba en el proceso electoral la alternativa democrática.
Mantenemos nuestro rechazo y condena al fraude perpetrado por autoridades electorales sumisas al régimen imperante en las pasadas elecciones del 2011.
3) Hoy seguimos firmes en la lucha
Hoy de nuevo los socialcristianos, reafirmamos nuestra oposición al régimen del Ortega y su partido el FSLN, ya que han iniciado una especie de monarquía tropical manejada por la familia Ortega y sus adláteres.
La democracia ha sido debilitada sistemáticamente, el Parlamento, la Corte Suprema de Justicia, la Procuraduría y el Poder Electoral son aplanadoras propiedad de una familia. El estado de derecho ha sido pulverizado, las libertades públicas sustancialmente diezmadas, y el sistema político nicaragüense ha perdido lo que venía conquistando: Elecciones libres y balances entre los poderes o contrapesos.
Nuestros principios y valores nos obligan rechazar este autoritarismo orteguista y la nueva dinastía que pretenden instaurar, y seguiremos en la lucha que los socialcristianos iniciamos desde 1957 al fundarse el histórico Partido Social Cristiano.
4) La estrategia orteguista: Una hibridocracia populista
Ortega está imponiendo una hibridocracia, sistema compuesto por injertos de múltiples entes, pues mantienen buenas relaciones con el FMI y organismos financieros internacionales occidentales, tratan de estar bien con la Unión Europea y los Estados Unidos, manejando con habilidad la política unitemática de la Administración norteamericana en su lucha contra el narcotráfico, pero sus socios preferidos, tras haber perdido a Libia, son Irán, Rusia, Siria, y el ALBA, lo que deteriora a la vez las relaciones con países democráticos.
El régimen impulsa un crecimiento macroeconómico, pero no hay desarrollo humano integral que llegue a los ciudadanos, sino política demagógica de dádivas a los más pobres a cambio de sometimiento partidario, lo que hiere profundamente la dignidad humana de los beneficiarios de los programas sociales, a la vez que mantiene una política coyuntural aparentemente pragmática con el gran capital que durará mientras logra cambiar la correlación de fuerzas y se afiance la dictadura.
Observamos una burda manipulación de términos religiosos, cobijando bajo el nombre de cristiano acciones populistas, no por ser cristianos sino por manipular el sentimiento religioso del pueblo de Nicaragua, en una nueva demagogia barrabasiana bajo el discurso del llamado socialismo del siglo XXI.
5) Lo que queremos los socialcristianos
Los socialcristianos abogamos por la democracia plena, la justicia social, la economía social de mercado y un pluralismo político efectivo, demandamos un balance de poderes, y con respeto a la soberanía popular y no monarquismos dinásticos, abogamos por una sociedad justa con desarrollo humano integral, buscando la igualdad de oportunidades, promoviendo las capacidades de todos los ciudadanos y su integración a los procesos de desarrollo.
Estamos por un estado gerente del bien común, un estado que promueva las inversiones a la vez que combate los monopolios, un estado activo que cumpla con dar respuestas a todas las demandas sociales, pero sin partidismos, favoritismos u organismos paraestatales que cumplen misiones de sometimiento ideológico.
Buscamos una democracia además de representativa, participativa, con ciudadanía plena, una política económica que privilegie la función social del mercado y una política social incluyente, con visión de país a mediano y largo plazo, y que responda a las necesidades de toda la población, sin exclusión alguna. Abogamos por una institucionalidad democrática sólida y funcional como marco de esa política de desarrollo.
Somos partidarios de los programas sociales enfocados a largo plazo sin sometimiento de la dignidad de los más pobres, programas sociales que inserten a los beneficiarios y sus familias a políticas de desarrollo sostenible en base a su potencialidad humana, con educación, nutrición materno-infantil, salud y vivienda digna para que los ciudadanos estén en capacidad de buscar su realización material y espiritual.
Necesitamos planes de educación técnica de alta tecnología para competir por inversiones modernas, y no sólo inversiones que busquen salarios bajos y exenciones tributarias; urgen planes para la clase media que detengan el creciente deterioro de la calidad de vida
de este sector. Tras estos objetivos intensificaremos nuestra lucha desde ya y en los próximos años.
6) Coyuntura, diálogo nacional y rescate de la democracia
Con el fraude de noviembre del 2011 se instituyó en Nicaragua un poder absolutista del orteguismo, con el control de todos los poderes del estado y una democracia sin contrapesos.
Por el fraude, el parlamento es una aplanadora sandinista. Reconocemos que los diputados de la Alianza PLI, si bien no están todos los que son porque hubo muchos más electos a quienes se les despojó de su curul, sí son todos los que están y por lo tanto confiamos en que sabrán hacer valer el mandato que les dio el pueblo. Por eso instamos a la representación opositora representada por la alianza PLI, a ejercer su rol con firmeza, transparencia y sumo apego a los intereses populares, en los espacios que le ha otorgado el pueblo nicaragüense con sus votos. El gran objetivo es el rescate de la democracia, del estado derecho y de la plenitud de las libertades públicas.
Nos declaramos a favor de un diálogo nacional, pero siempre que sea un diálogo transparente, de cara a la opinión pública, y con claridad de lo que se quiere lograr, sin prebendas, en acuerdo con la Iglesia, con todos los partidos y movimientos políticos democráticos, en consenso con la sociedad civil, los empresarios y los movimientos sociales, un diálogo que instale una comisión técnica que implemente las recomendaciones de los organismos nacionales no gubernamentales que observaron las elecciones fraudulentas del 2011, como Ética y Transparencia, Hagamos Democracia y el IPADES, y de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE).
Por la evidente desconfianza de la oposición al diálogo deben ser invitados como observadores y garantes al menos un delegado, de las organizaciones locales no gubernamentales que observaron las pasadas elecciones, al igual que de la OEA y de la UE.
Ese diálogo deberá continuar luego del tema político, con los temas de la economía, el insuficiente crecimiento económico, el enriquecimiento ilícito, el aumento del desempleo, la extrema desigualdad en la distribución del ingreso, los monopolios y oligopolios en la energía y las telecomunicaciones, la creciente corrupción, y en el tema social abordar la galopante delincuencia, la crisis habitacional, la insuficiencia en materia de la salud y el retraso en la educación.
Los socialcristianos queremos una nueva cultura política, con más diálogos que den resultados concretos, más debates, más consensos nacionales, el respeto a la Constitución y las leyes, todo ello dentro del impulso a nuevos liderazgos en los partidos políticos, renovación de cuadros con más jóvenes y mujeres participando decisivamente, para rescatar la credibilidad de los políticos.
Estamos de acuerdo con la participación de los partidos democráticos en las elecciones municipales de 2012, sólo si se cumplen las recomendaciones de las organizaciones nacionales que hicieron observación electoral, y lo contenido en las conclusiones y recomendaciones de los informes finales de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).
Mientras tanto llamamos desde ahora a todos los socialcristianos a encabezar la lucha y a movilizarse, para preparar el terreno para el día de las elecciones, sabiendo que es el pueblo quien decidirá si vota en ellas o no.
7) Nuestras líneas de acción
Con este relanzamiento de nuestro mensaje, los socialcristianos vamos a revitalizar el proceso de organización y formación de nuestros afiliados y simpatizantes, y de los ciudadanos; mantendremos un análisis permanente de la realidad política y trabajaremos en elaboración de propuestas para solucionar los problemas de la población.
Somos partidarios de una Alianza PLI ampliada, pluralista, estratégica y patriótica, buscaremos alianzas con todos los sectores democráticos incluyendo la sociedad civil y los movimientos sociales, promoveremos y participaremos en movilizaciones populares.
Visualizamos un partido moderno replanteado por todos los socialcristianos, partido de propuestas, comunicativo, que funcione e interactúe dentro y fuera de Nicaragua, en Internet y redes sociales, y con permanencia en los temas nacionales de debate; priorizaremos el trabajo formativo y organizativo con la juventud y las mujeres, organizando comisiones de trabajo para las políticas de corto, mediano y largo plazo.
Hacemos finalmente un nuevo llamado de unidad a todos los socialcristianos de buena voluntad, que apegados a los principios y valores del humanismo cristiano, pero que por distintos motivos han estado retirados de actividades políticas, han estado luchando solos o hasta han confiado en líderes con posiciones colaboracionistas, para que nos dispongamos a rescatar juntos a Nicaragua, su democracia, su estado de derecho, la convivencia pacífica, y con ello la posibilidad de un camino de estabilidad, justicia, entendimiento y desarrollo humano para todos los nicaragüenses. El camino queda de nuevo trazado con este Relanzamiento de nuestro mensaje.
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