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¡Abajo Flinton!

Estimados Sres. Noticiero DC, con atencion Sr. Pereyra
A continuacion me permito hacerles llegar articulo de mi autoria de la serie Relatos Breves con el ruego de que sea considerado para publicacion.
Gracias por la atencion que siempre han tenido con mis trabajos y reciban mis mas cordiales saludos,
Dr. Antonio LLaca.
 
 
 
ARTICULO:
 

Relatos breves y otras cosas más................ ¡Abajo Flinton!

Dr. Antonio Llaca

Los pocos, o poquísimos, que sabíamos los riesgos que asumía lo habíamos apodado "El Lince" y no podía ser de otra manera; su especialidad era pintar carteles antigubernamentales en una ciudad de dos millones de habitantes de un país bajo un régimen totalitario, para hacer este tipo de cosas y salir ileso sin dudas había que ser un lince.

Comenzó por cartelitos pequeños en baños públicos, en los bancos aislados de los parques habitualmente reservados a las parejas furtivas o en sitios poco concurridos. Con el tiempo las muestras se hicieron mayores y más visibles, como si sintiera la necesidad de que su mensaje llegara cada vez más lejos; paredes, muros, cabinas telefónicas (las pocas que quedaban), entradas de los comercios, puertas de las casas, cines, teatros y cualquier otro sitio con una afluencia aunque fuese mediana de gente se convirtieron en hospederos de sus escritos.

-Tú has de estar verdaderamente loco Lince, le dije, si la policía te coge como primera medida te van a acusar de "desacato" y por ahí te salen hasta 3 años preso, además te van a agregar la "peligrosidad" y por ahí son 3 o 4 más, a estos súmale lo de daños a la propiedad, en fin, que te puedes buscar unos cuantos años en una o varias de nuestras cómodas cárceles por un cartel de Abajo Fidel y si te incriminan por todos los anteriores no te van a alcanzar los años de vida.

-Pero alguien tiene que hacerlos, alguien tiene protestar de manera pública aunque sea anónima.

-Sí, lo entiendo pero el riego es demasiado grande y no dejo de reconocer que hay que tener mucho valor personal para cosas como ésta en un país donde no se mueve una hoja sin que la policía lo sepa, y para colmo tu cuñado es Teniente del Minint (*) y viven en la misma casa.

-Sí, pero me cuido como gallo fino, empezando por él, el cuñao ni se lo huele y en verdad, no nos llevamos mal, solo se pone bravo cuando le gano al dominó, el asunto es que no sabe perder como todos ellos; por lo demás yo estoy "limpio", hago las guardias, voy a las reuniones del comité, al trabajo voluntario, estoy en el sindicato…pero ahora me voy (dijo abruptamente montando en la bicicleta, el más universal transporte en Cuba), date una vuelta mañana temprano por la Calzada del Cerro, que hoy hay apagón…

Y los frecuentes apagones de La Habana eran una de las más importantes ventajas de su actividad. A las seis y media ya andaba yo camino al trabajo por la Calzada y efectivamente, la huella del Lince había quedado impresa con grandes caracteres: ABAJO FIDEL en trazos firmes y gruesos de color negro eran el último testimonio de su protesta asentado en una cincuentenaria pared; como siempre la policía había hecho presencia con un impresionante operativo y comenzado su trabajo de fotos, mediciones, cálculos e interrogatorios a los vecinos con los que los "sabuesos" esperaban identificar al culpable de tan terrible afrenta al socialismo y a su máxima figura mientras los "borradores", trabajadores encargados de hacer desaparecer el mensaje bajo varias capas de pintura, ya tenían listo el color de fondo que minutos más tarde daría la impresión de que "aquí no ha pasado nada".

De regreso a casa lo volví a encontrar en el transcurso del agotador pedaleo de retorno.

-Ya vi tu último mensaje…

-Pero te falta por ver el próximo, el domingo temprano ve por la vuelta de Zanja y Dragones, te llevarás una sorpresa, el sábado en la noche hay apagón en esa zona…

-C… pero ahora si estas verdaderamente loco, por ahí hay una unidad de la PNR (**)…

-Si, por allí cerca será la cosa, chao!

Y el sábado en la noche El Lince estaba nuevamente de cacería en La Habana. El sitio de su nuevo mensaje ya había sido escogido de antemano, con pasos rápidos se dirigió al mismo y con igual rapidez aparecieron en su mano pintura y brocha, en segundos la primera palabra y la F ya estaban dibujadas sobre la raída pared de un almacén medio abandonado o quizás medio funcionante cuando sintió algo raro, nada definido en sí pero que le hizo detenerse en su labor; afinó el oído y alcanzó a distinguir el ronroneo no muy lejano del motor de un carro y para el Lince el ruido de los automóviles era como el sonido de los instrumentos de una orquesta sinfónica, cada cual con su tono peculiar que permite identificarlo y hasta saber mucho de las características del ejecutante; el auto era de una patrulla de la policía y ya estaba casi encima de él. Una sensación de frialdad recorrió su espalda, sintió temor y pensó que su buena estrella se había eclipsado e imaginó la larga estadía que le esperaba en los sitios más lúgubres del país pero El Lince, al igual que el felino, era hombre de decisiones y acciones relampagueantes, en segundos terminó su obra, arrojó tan lejos como pudo las "herramientas" y se apartó unos pocos pasos justo a tiempo para recibir el potente chorro de luz de los faros y oír las palabras que tanto había evitado y temido:

-¡Deténgase ciudadano! ¡Identifíquese!- escuchó de uno de los agentes que a toda prisa abandonaba el vehículo…. y la voz también le resultaba de sobra conocida al Lince…

Extrajo con calma de su cartera el carnet de identidad, del centro de trabajo y hasta uno reluciente y nuevo de la Juventud Comunista que mostró con indiferencia fingida.

-¿Que hacía por acá arrimado a esa pared?

-Voy de regreso a casa pero tomé unas cervezas de más y ya sabe…

-Mire esto Teniente- resonó una tercera voz.

-¿Qué cosa? Inquirió mientras se volteaba.

-El cartel que está allí.

-Y… ¿qué dice?

-Algo raro, ABAJO FLINTON.

-¿Qué?

-ABAJO FLINTON, eso es lo que dice.

-¿Y quién es ese tal Flinton?

-Pues será el Presidente americano…

-Sí, ese es el Presidente de los americanos…tremendo hijo de p…dijo mientras se volteaba nuevamente hacia el Lince y le hacía entrega de su documentación.

-Está bien ciudadano, puede retirarse.

-Gracias, compañero.

El susto lo hizo pasar buena parte de la noche en vela pero a las siete como de costumbre ya estaba en pie esperando el café mientras la hermana le contaba una mezcla de chismes del barrio con las dificultades cotidianas; el ruido de la puerta al abrirse anunciaba la llegada del Teniente.

-Hola- dijo en tono seco y cansado.

-Hola cuñao -respondió el Lince con el mismo tono indiferente de la noche anterior. ¿Fue dura la jornada?

-Siempre con esto de los apagones es dura, hay de todo, robos, asaltos, borracheras, broncas y especialmente los carteles, por cierto, el Presidente de los Estados Unidos se llama Clinton ¿no es así?

-Sí, así es, Clinton.

-Entonces el tipo que pintó el cartel tiene que haber sido "un fiera", ¿no crees?

-No tanto, simplemente avispado…

-No, ese tiene que haber sido un lince… pero bueno vamos a tomarnos este café y ¡Abajo Flinton!

-¡Abajo Flinton!, cuñao.

(*) Minint: Ministerio del Interior.

(**) PNR: Policía Nacional Revolucionaria

© Dr. Antonio Llaca.

La Habana, Cuba. /1994.

El Tigre, Edo. Anzoátegui/Venezuela.2008.

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