Sres. Presidentes.
Soy uno de esos millones de cubanos sin voz, a los que ustedes parecen ignorar. Ustedes los presidentes democráticamente electos de América, no creo que ninguno tenga cumplidos los 78 u 84 años de edad, ni llegó hace mas de 50 años al poder y seguramente hace menos de 4 años la gran mayoría formaba parte de la oposición en sus respectivos países. Quiero dejar claro, ante todo, que comparto las ideas del derecho de todo ser humano a la educación, la salud, la alimentación y a una vivienda decorosa y a no ser discriminado o excluido por sus ideas políticas, no importa cuantas medallas gane su país en competencias deportivas o a cuantas comisiones internacionales pertenezcan los representantes de su gobierno.
Sin que me lo enseñaran en las escuelas, ni en los textos oficiales editados por el gobierno cubano, aprendí a creer en la pluralidad, en las diferencias del pensar, en la libertad de expresión de las ideas como elemento principal para la transformación y perfección de la sociedad y creo hoy mas que nuca en el importante papel y el derecho de las nuevas generaciones con los destinos de sus naciones
Precisamente por estas ideas, el régimen de Cuba me descalifica, silencia, reprime y condena, pero no soy el único, les aseguro que esta repudiable situación la sufren hoy millones de cubanos, dentro y fuera de la isla. Mientras muchos callan por miedo, otros lo hacen por interés o complicidad, pues hasta en el silencio hay que admitir las diferencias.
Esa pluralidad y apego a los derechos y las libertades son las que esgrimen hoy ustedes, los presidentes de América para que Cuba ingrese en el foro democrático de naciones del hemisferio.
Cuando respetuosamente solicitan en algunos casos y exigen con fuerza en otros el cumplimiento de esta acción, creo que no solamente niegan lo obsoleto y singular del gobierno de mi país que es únicamente a quien se refieren, si no que se olvidan de la democracia, la pluralidad y los derechos que dicen respetar en esta solicitud.
¡Que demuestre el pueblo de Cuba y no su gobierno que por más de 50 años tiene un único apellido, que existe tal estado de derechos y libertades públicas!
No pueden hablar Sres. Presidentes americanos de Cuba, porque mi patria no es algo homogéneo y carente de diferencias, en mi país hay presos de pensamiento y opinión, hay proyectos como el “Félix Varela”, que cumplió en su momento los requisitos para ser discutido por los diputados del gobierno y que hace años permanece silenciado y muchos de sus promotores y firmantes están presos o viven bajo control y amenaza oficial, tan solo por presentar un idea diferente, ejemplos hay miles. Tamaña injusticia no habla a favor de libertades y derechos en Cuba. Donde los nacionales que somos obligados a salir definitivamente, de forma injusta y arbitraria, lo perdemos todo como cubanos, hasta las propiedades de nuestras viviendas y no podemos entrar nunca a nuestra patria, si no tenemos el consentimiento del régimen.
¿No les parece interesante o extraño a ustedes, que son sin dudas, personas preparadas e inteligentes, que en la diputación cubana desde 1975, toda ley o resolución, sea aprobada siempre, por el voto unánime de sus miembros, que no exista un en Cuba un solo medio de comunicación o información alternativo, que exista la mas pequeña manifestación pacifica pública, por descontento o contradicción con el gobierno y que todos los opositores no violentos sin exclusión alguna, que militan en diferentes asociaciones sean declarados fuera de la ley y catalogados como agentes y asalariados del gobierno norteamericano?
Me atrevería a preguntarles si ustedes, que también fueron opositores políticos, en sus países antes se ser mandatarios. ¿Trabajaron para organizaciones internacionales de izquierda o de derecha o para alguna potencia extranjera? ¿Estarían de acuerdo con tamaña difamación?
Se emplea tiempo y recursos en debatir la aceptación o no de Cuba a
La sanción hacia Cuba puede ser un anacronismo, una injusticia y una discriminación, es bueno que se extinga, sobre todo en nombre de esos sólidos argumentos. Sin embargo el gobierno de Cuba continua siendo también anacrónico, injusto y discriminador para su pueblo y con algunas dignas excepciones, no se le pide cambios o modificaciones.
Aunque se apruebe por consenso el levantamiento de la medida que excluye a Cuba de
Nelson Núñez Dorta.
Ciudadano Cubano
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