Los acontecimientos de los cuales todos hemos sido testigos en los últimos días, no hacen mas que reafirmar que los partidos políticos, son un actor relevante y decisivo para el desarrollo de la política en un régimen democrático. Más allá de cualquier apreciación caricaturesca, la acción de los partidos políticos da vida a la política, entendida como el método a través del cual se regula el conflicto social que es inherente al Estado como organización social.
Los partidos políticos fueron y siguen siendo parte esencial de desarrollo político-institucional de nuestro país. Con sus éxitos y fracasos, siguen siendo fundamentales para el desarrollo democrático, ya sea a través de su clásico rol articulador y de transmisión de las diversas demandas sociales hacia el gobierno, vale decir, actuando como un puente a través del cual se comunican gobernantes y gobernados.
Los partidos políticos son y seguirán siendo el agente articulador de una visión de futuro colectivo basada en un mundo ideal, donde se impone la noción de “bien común” y no la sumatoria de los “intereses de unos pocos” que se apertrechan en la trinchera de un seudo movimiento independiente. Lo anterior se plasma tanto en el plano de las ideas, como de la acción misma, a través de propuestas de políticas públicas concretas expuestas a la comunidad nacional mediante los programas de gobierno.
Hechos tales como, la masividad y entusiasmo de los militantes de los diversos partidos de
Hector Garate
Presidente Nacional
Juventud Demócrata Cristiana
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