Por Eduardo A. González
¿Qué compendia el Compendio del Catecismo en los temas de la doctrina social de
El Compendio de
Esta formulación tiene un antecedentes en la exhortación apostólica de Juan Pablo II Catechesi Tradendae, conclusión del Sínodo sobre la catequesis que había convocado Pablo VI poco antes de su muerte: "La catequesis tendrá el cuidado de no omitir, sino iluminar como es debido, en su esfuerzo de educación en la fe, realidades como la acción del hombre por su liberación integral, la búsqueda de una sociedad más solidaria y fraterna y las luchas por la justicia y la construcción de la paz" (Catechesi Tradendae, 29).
¿Qué compendia el Compendio?
Como lo indica su nombre, el Compendio, al igual que todas las obras que sintetizan doctrinas, como los manuales, los vademécum, e incluso las enciclopedias y diccionarios temáticos, se ven obligados a privilegiar los principales aspectos de los temas que han de resumir, y al mismo tiempo deberán prescindir de mencionar aquellos tratados más extensos y completos que los autores juzgan conveniente remitir. En la presentación dice Benito XVI: "El Compendio que ahora presento a
En lo referido a
Los fundamentos bíblicos de la doctrina social
Las primeras citas bíblicas del CC sirven también como antecedentes fundamentales de la enseñanza social de
El enunciado del Sinaí desplegará sus potencialidades según las proclamas de los profetas y llegan a su síntesis en la formulación que nos trasmiten los evangelios. "Jesús interpreta
Además, desde la perspectiva del relato del Génesis, "el hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de que es capaz de conocer y amar libremente a su propio Creador" (CC 55).
El origen que a partir de los estudios del genoma humano permite comprobar con mayor exactitud la procedencia de la especie humana de un tronco común, nos permite hablar de una "comunidad biológica". Desde el punto de vista de la ética social se afirma una unidad de la familia humana que tiene también un fundamento bíblico-teológico según menciona Pablo de Tarso en el discurso en el Areópago de Atenas. "Todos los hombres forman la unidad del género humano por el origen común que les viene de Dios. Además Dios ha creado 'de un sólo principio todo el linaje humano' (Hech 17, 26). Finalmente, todos tiene un único Salvador y todos están llamados a compartir la eterna felicidad de Dios." (CC 69). Por eso también "todos los hombres gozan de igual dignidad y derechos fundamentales. .." (CC 412).
Una libertad divina, creadora de hijos e hijas libres
La catequesis tradicional ha mencionado las Dos Tablas del Decálogo, reservando a la primera tres mandamientos referidos a la relación con Dios, su adoración y culto. Pero al comenzar su enunciado por "Yo soy el Señor tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud" (Éx 20, 20), se abre la perspectiva del Dios de la libertad que quiere hijos libres de opresión personal y social, comenzando por la opresión religiosa que es la más alienante de todas. Así a partir del Concilio Vaticano II se afirma que "en materia religiosa, nadie sea forzado a obrar contra su conciencia, ni impedido a actuar de acuerdo con la propia conciencia.. ." (CC 444). De ahí que además del politeísmo, "con el mandamiento 'No tendrás otro dios fuera de mí' se prohíbe... la idolatría, que diviniza a una criatura, el poder, el dinero, incluso al demonio. " (CC 445).
El ídolo de oro que Aarón presentó a los israelitas cansados de aguardar el regreso de Moisés, y el oro idolatrizado por el "imperialismo internacional del dinero" (Pío XI, en Quadraggesimo Anno) que promete felicidad, éxito y eterna juventud nunca estuvieron tan cercanos en su simbología. ¿Acaso las violentas guerras llamadas "mundiales" y las que aparecen más restringidas a zonas de Asia y África no han sido producidas por líderes cruelmente idealizados en sus omnipotentes decisiones con el fin de apoderarse con la fuerza de las armas de regiones de abundantes riquezas necesarias actualmente para las grandes producciones industriales?
El descanso semanal de un pueblo libre y solidario
En lo referente al culto, la relación entre
La celebración de
La "segunda" tabla del decálogo y la práctica de la justicia
La "segunda" tabla del Decálogo es presentada bajo la síntesis con la que Jesús de Nazaret presentó el mandamiento del amor a Dios y el del "amarás a tu prójimo como a ti mismo".
En el Cuarto Mandamiento ("Honrarás a tu padre y a tu madre") los temas de la doctrina social se encuentran mencionados sobre todo al final ya que por una tradicional extensión se refieren a las autoridades políticas, "el amor y servicio de la patria, el derecho y el deber del voto, el pago de los impuestos, la defensa del país y el derecho a una crítica constructiva. El ciudadano no debe en conciencia obedecer cuando las prescripciones de la autoridad civil se opongan a las exigencias del orden moral" (CC 463 y 464).
En el Quinto Mandamiento ("No matarás") se afirma que "la vida humana ha de ser respetada porque es sagrada. Desde el comienzo supone la acción creadora de Dios" (CC 466) y a partir de allí se explica "la legítima defensa de la persona y de la sociedad" (CC 467), el valor de la pena para defender el orden público y contribuir a la corrección del culpable (ver CC 468 y 469). Se menciona la "guerra y su acción defensiva" (CC 483) pero se advierte que para evitar los enfrentamiento bélicos "para la paz del mundo se requiere la justa distribución y la tutela de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto a la dignidad de las personas humanas y de los pueblos y la constante práctica de la justicia y de la fraternidad. " (CC 482) Surge el desafío educativo, catequístico y pastoral de proponer una educación "como práctica de la justicia y de la fraternidad" de tan amplia difusión como la que tuvo en el período setentista la obra de Pablo Freire: "La educación como práctica de la libertad".
Es el Séptimo Mandamiento ("No robarás") el que aparece de máxima importancia para
La realización histórica del reino de Dios
El tema del reino de Dios, tan claro en la predicación de Jesús de Nazaret ha sido revitalizado por la teología posconciliar, por los teólogos de la liberación y a nivel del Magisterio sobretodo por Pablo VI en
Ligado durante mucho tiempo sólo a la presencia de la gracia en cada creyente con un acento demasiado individualista y reservado para "la otra vida", ha adquirido últimamente también una resonancia social y una dimensión de presencia en el hoy de la historia humana. El CC lo trata sucintamente al explicar la petición de la oración del Padre Nuestro, introducida por la pregunta "¿Qué pide
Es también en el contexto de las peticiones del Padre Nuestro que puede precisarse el sentido de la búsqueda de la justicia y de la paz con las expresiones de la solidaridad cotidiana. Al interrogantes sobre el sentido de la petición Danos hoy nuestro pan de cada día se responde con la dimensión teologal del pedido y su concreción en el obrar humano que puede resumirse en el refrán popular "A Dios rogando y con el mazo dando": "Al pedir a Dios, con el confiado abandono de los hijos, el alimento cotidiano necesario a cada cual para su subsistencia, reconocemos hasta qué punto Dios Padre es bueno, más allá de toda bondad. Le pedimos también la gracia de saber obrar, de modo que la justicia y la solidaridad permitan que la abundancia de los unos cubra las necesidades de los otros" (CC 592).
El reino de Dios, los cielos nuevos y la tierra de la justicia
El reino incluye una dimensión de transformación de la materia expandiéndose en vida y en galaxias y, expresada con la categoría simbólica de "estremecimiento cósmico" para planificarse en su consumación. "Después del último estremecimiento cósmico de este mundo que pasa, la venida gloriosa de Cristo acontecerá con el triunfo definitivo de Dios en
Esta culminación de las realidades del universo que según las actuales teorías científicas comenzaron con el estallido del "big bang", irrumpe en las leyes de la naturaleza que conocemos. "No se ve ninguna razón para que los cristianos que profesan en el credo la resurrección de la carne, se tuvieran que quedar por detrás de pensadores marxistas como Bloch y Marcuse, que con toda energía aguardan que de un mundo nuevo resulte también un estado nuevo de la materia" (J. Ratzinger).
El Catecismo de
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