Por Carlos Vilchez Navamuel
Después de treinta días dando tumbos y montado en un avión, apareció Manuel Zelaya primero en Costa Rica en pijama, luego en Nicaragua acompañado de “tres angelitos” que quisieron darnos cátedra de democracia, nada menos que Raúl Castro, Hugo Chávez y Daniel Ortega en Nicaragua. Mas tarde se le vio en
En este deambular de aquí para allá su imagen se ha visto seriamente deteriorada ante la opinión pública internacional. Su comportamiento dirigido por el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías, mentor y financista del hombre del sombrero, lo ha hecho parecer un hombre sin temple y sin dignidad. Su forma de actuar ha sido circense, el mediador Arias Sánchez se mostró opuesto a dichas actuaciones,
Tan mal se ha visto que los periodistas y medios de comunicación han dejado de dar información, la noticia perdió interés.
Y aunque la comunidad política mundial apoya a Mel Zelaya, el presidente por ahora, no tiene país que gobernar, el tema resulta tan peculiar y rico en bochornos, que sería ideal para una novela de García Márquez
Esta situación tan singular nos dice que algo no está funcionando en el sistema democrático latinoamericano, principalmente porque el modelo “chavista” descubrió las debilidades de nuestras democracias y las carencias que en la misma Carta Democrática Interamericana se evidencian., ya que deberíamos de incluir en la misma, artículos que defiendan la democracia per se, de aquellas personas que siendo elegidas por la vía democrática, después no quieran respetarla. http://www.oas.org/charter/docs_es/resolucion1_es.htm
Porque si vemos los artículos 17,18,19 y siguientes podríamos pensar que gobiernos como los que existen actualmente en Venezuela y Nicaragua y el que existía en Honduras con Manuel Zelaya al frente, deberían ser sometidos a una presión internacional mas fuerte y a sanciones específicas para obligarlos a que cumplan lo ahí señalado.
Resulta muy claro al leer dicha carta, que
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