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EL AZUL DE SU MIRADA ---- www.sinmediastintas.org
Por: Gerardo Enrique Garibay Camarena
Es la historia más apasionante de la televisión mexicana, llena de amor, temores, traición, maldad e hipocresía, en fin, un guión que no le pide nada al cine de arte o las novelas de Telemundo.
Se trata del culebrón de la alianza PAN-PRD en el Estado de México, donde, tras semanas de derramar tinta en los periódicos, hacer gala de una inacabable fuente de demagogia sensiblera en los medios electrónicos y organizar una "consulta ciudadana" todavía nadie sabe que va a pasar.
Por lo pronto los dos partidos ya cuentan con candidatos propios, Bravo Mena (del PAN) y Encinas (del PRD) aunque también están conscientes de que con su fuerza actual (ambos rondan el 24% de las preferencias) es imposible, no solo que triunfen, sino siquiera que sean competitivos ante la aplanadora priísta que los duplica en intención de voto.
Y es que, colando los egos, los rumores y la propaganda, construidos alrededor del tema de las alianzas, el hecho es que Acción Nacional no tiene, al día de hoy, la fuerza suficiente como para ganar elecciones por sus propios medios en ningún otro estado aparte de Guanajuato (el triunfo azul en Sonora fue más producto de la tragedia que de la fuerza panista).
Razones para este fenómeno hay muchas, pero, por ahora, concentrémonos en una de ellas: la debilidad de la nueva generación de líderes blanquiazules. Desde mediados de los 80's, el PAN posicionó en todo el país a una serie de personajes carismáticos, que le dieron rostro al poder social del panismo.
De entre ellos, Manuel Clouthier y Vicente Fox, con sus luces y sombras, destacaron por derecho propio y se ganaron un lugar en la historia de México, todavía incluso el propio Calderón, dentro de su bajo perfil, alcanzó a mostrar algo de la chispa panista que en el cierre de siglo encendió la esperanza de tantos millones de mexicanos.
El problema es que, después de ellos, ha seguido el vacío, sumando los inertes liderazgos de Germán Martínez y César Nava al derrumbe de la percepción ciudadana respecto al partido y el anquilosamiento de las estructuras panistas, el resultado, de cara al 2012, es una serie de precandidatos sin chiste ni impacto.
De entre la procesión de suspirantes azules el único que tiene números para competir en las grandes ligas es "el señor de los casinos" también conocido en el bajo mundo del azar como Santiago Creel y aún él está tan quemado que la sola mención de su nombre provoca que los de por sí escuálidos apoyos al PAN caigan en más de un 15%
De los otros mejor no hablamos, porque sus niveles de apoyo ciudadano son tan bajos que muchas veces ni siquiera aparecen en las estadísticas
Faltando poco más de un año para las elecciones el PAN registra apenas un 21% de intención de voto contra un 40% del PRI y, aunque pudiera alegarse que una situación similar existía antes de las elecciones generales del 2006, lo cierto es que sería, cuando menos, insensato, esperar que la extraordinaria serie de condiciones que se dieron entonces, puedan repetirse.
Hace 5 años, el PAN retuvo la presidencia debido básicamente a tres factores:
Primero.- El PRI lanzó un pésimo candidato y por tanto muchos priístas, sobre todo en el norte del país, prefirieron apoyar a Calderón que desperdiciar su voto con Madrazo.
Segundo.- Lopez Obrador se volvió loco antes de tiempo. Todavía hasta principios del 2006 llevaba una solida ventaja e incluso comenzaba a ganar posiciones entre el electorado de clase media; sin embargo, la adopción de un tono más agresivo en su discurso y una serie de desplantes contraproducentes (cállate chachalaca) espantaron a muchos de sus seguidores
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