Existen políticos que solo tienen fines, pero no tienen principios. La Democracia Cristiana (Partido Popular) me enseñó que ‘Toda acción política tiene que tener un pensamiento previo’. Ignorar este principio es una inconveniente idea y la causa fundamental de la crisis actual que vive la política, dando como consecuencia el transfuguismo, la corrupción, la deshonestidad y todos los males que dan el descrédito a la clase política panameña, que, para el pueblo panameño, ninguna clase tiene.
El pensamiento previo de que hago mención debe ser el norte de cada ideología, para los partidos que la tienen. El socialcristiano tiene como propósito de la política el respeto a la dignidad humana. Pareciese que para el gobierno y el partido de Martinelli, el cual algunos definen lo que se denomina como ‘social confusionismo’ (debido a que están confundidos de su norte, y para marcar positivamente en las encuestas nos hacen ‘ofertas del mes’), otros pensamos que el mismo cuenta con fines y propósitos fascistoides, principalmente debido a que lo que buscan es ‘la gloria del Estado’, y solo le importa aumentar sus arcas, en vez de engrosar las arcas del ciudadano. Pero lamentablemente la realidad, debido a los hechos, es que es un gobierno acomodaticio, donde hacen lo que le convenga a él, y no precisamente al pueblo. ¿Por qué no hacen Jumbo Ferias en las comarcas o en Darién? ¿Será porque no se hacen encuestas? ¿Será que ellos no son pueblo?
Interesante video podemos encontrar en YouTube, donde el chileno Carlos Matus (q.e.p.d.) nos da su punto de vista de las causas del descrédito de la política, los cuales resumo así: 1. La política está desenfocada (la política genera sus problemas y los políticos se dedican a resolver los problemas de la política y no de la gente). 2. Hay ciencias y técnicas de gobierno que los políticos ignoran, y por ende no saben que no saben (y por esto como resultado que un buen médico no necesariamente va a ser un buen ministro de Salud, o un empresario un buen administrador de la Cosa Pública). 3. No hay sistema de rendición de cuentas, por lo que da lo mismo hacerlo bien, o hacerlo mal. 4. Los partidos políticos no son partidos políticos, si no clubes electorales, no tienen centros de formación, y no tienen centros para pensar en su país a futuro ni se dedican a formar a sus líderes y, 5. Tenemos modelos ultra centralizados, muy alejados de los problemas de la gente.
La solución a este problema pareciera a priori muy fácil, pero lamentablemente su aplicación, muy difícil. Tenemos que hacer la política de ideas, y no de chequeras, donde el pensamiento previo esté vivo entre los partidos políticos, donde la sociedad en general participe proactivamente en ella, y donde los electores congratulen con el voto a los que participamos en partidos con proyectos, por las razones correctas, con principios, valores democráticos y nobles fines, que para nuestro país, naturalmente es llevar a Panamá al primer mundo en una generación. A su vez, resolver los problemas de las causas de descrédito de los partidos de que habla Matus, realmente formando líderes, políticos preparados, y partidos pensantes. ¿Está usted dispuesto a participar?
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